La vida con centro
Hay un religioso de
edad que se toma muy en serio colaborar con nuestra revista. Tiene la
jornada bien ocupada. Dedica buenas horas a echar una mano en la misión
con sus hermanos más jóvenes y además encuentra tiempo para orar por la
misión y el mundo que, como bien dice, “tanto ama Dios”. Tiene este
hermano una vida serena, equilibrada y feliz. Está ocupado en las
necesidades de los demás porque sufre cuando percibe privaciones,
carencias e injusticias… leia mais:
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